Palabras: «Ruptura», por Dardo Scavino



ada nos parece más opuesto hoy que la rutina y la ruptura, y sin embargo ambos vocablos son parientes muy cercanos. Rutina proviene de ruta, y rupta no era sino el participio pasado de rumpere (romper). Los romanos decían rumpere viam cuando abrían un camino nuevo, y de esta expresión, via rupta, se conservó sólo el participio para aludir a la cosa. Una ruta es, en resumidas cuentas, una rota.
    Hay quienes abren las rutas y quienes se dejan conducir por ellas sin desviarse ni extraviarse: de manera rutinaria. Hay quienes irrumpen en un territorio intransitado y quienes siguen la rutina.
    Esta rutina nos remite a la expresión italiana sentieri battuti, a la francesa sentiers battus, a la inglesa beaten tracks y a la española caminos trillados, y explica también por qué este último participio –que aludía aquí a la acción de pisotear más que a la de triturar– terminó convirtiéndose en un sinónimo de corriente, gastado o consabido.
    Pero en la etimología de ruptura y rutina encontramos por sobre todo una idea que volvería popular a Nietzsche (idea que algunos pensadores rioplatenses, como José Rodó o Ingenieros, propagaron por América latina en los albores del XX): aquello que hoy es una rutina mayoritaria fue ayer una ruptura minoritaria; las muchedumbres transitan en la actualidad los caminos que abrieron en otros tiempos unos pocos individuos; los infractores del presente van a convertirse, retrospectivamente, en guías visionarios. El origen es un violento extravío: ruptura significa eso. La potencia de ayer, la apertura de una posibilidad imprevista, se convierte en el poder de hoy, la ruta que conduce a las multitudes a un sitio.
    Todo pareciera indicar, entonces, que el poder está asociado con la conducción. Pero a los modelos griegos del navegante y el pastor, los romanos le añadieron un tercero, típicamente civilizatorio e imperial: el ruptor de vías, o el fundador de rutinas, una conducción que sigue siendo eficaz aun en ausencia del conductor. Sarmiento, sin ir más lejos, se inscribía en esta tradición romana.


Dardo Scavino (Bordeaux, Francia)

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