Tango protesta, por Elsa Drucaroff



Lo primero de todo es cerrar la ventana. El aire es malo, sopla, mueve, desordena. Somos demasiado hermosos y hay demasiada luz sobre nosotros como para correr riesgos.
    Sé lo que va a pasar: él va a avanzarme la entrepierna mientras hace como si me sostuviera de la cintura pero yo, mientras le paso el brazo por la espalda para hacer como si me entrego, apretaré fuerte el abdomen y mantendré mi postura y mi equilibrio, como una reina. Entonces sentiré el calor de su cuadriceps elongado y fuerte contra el muslo y sentiré su pene un poco erecto y le apoyaré la pierna como si me frotara y giraré mi cuello como si ansiara ser mordida o como si buscara en el piso algo que se me perdió y me importa apenas o como si todos me estuvieran mirando, como si bailara tango y fuera la mejor, como si tuviera frío, como si lo tuviera a él, como si él me deseara, como si hiciera mucho, mucho, mucho tiempo que no sé quién soy, no sé qué hago, qué siento, quién me mira, cómo si no estuviera agotada de trabajar y dar examen.


Elsa Drucaroff (Buenos Aires)

Post a Comment

2 Comments

  1. Excelente Elsa, parece que el texto va trepándose a la imagen y viceversa. Mucha piel y cuerpo.

    Saludos

    Federico de Villa Mercedes, San Luis

    ReplyDelete
  2. ¡Gracias, Federico! Qué bueno que se logra ese efecto.

    ReplyDelete