Redbox, la rockola de películas, a veces tiene joyitas. Joyas por un dólar. Esos son los días en que nos sentimos afortunados, pese a que el otoño esta vez llega anémico, nada de amarillo patito o colorado furioso en las hojas que hace apenas dos semanas eran descaradamente verdes. Todo muy pálido. Entonces vamos a Redbox con esa especie de melancolía perruna de los doctorandos pobres que no podrán ir en Navidad a su patria, y nos jugamos la vida.
Es él quien la escoge. Le gusta el perfil de la actriz. Lubna Azabal. Nariz marroquí.
Incendies se llama la peli. Seguro hay ruinas, huellas quemadas, restos.
Más memoria, digo yo, como si estuviera hablando de ocho gigabytes, aunque en realidad me refiero a la onda de películas que se aplican sobre los horrores de la humanidad para rescatar, de entre la mierda, la belleza superviviente y singular de uno o dos protagonistas que se erigen sobre la especie.
El mínimo travelling con que abre la historia nos acerca a unos ojos infantiles endurecidos, fijos, casi asesinos. Alguien va rapando al chico, que aun así le sostiene a la mirada a ese que se atreve a mirarlo. O sea, a mí. Volveré después, cuando la película haya terminado, sobre esa mirada. Una mirada que de tan desnuda es un fetiche.
Denis Villanueve, el director canadiense, montó el drama sobre un guión hecho de dos presentes. Él mismo ha dicho que detesta la técnica del flashback y decidió que la reescritura de esa historia debía desvincularse de la memoria engañosa y trabajar con la superposición, o mejor dicho, la alteridad de presentes, algo que particularmente me fascina porque juega sutilmente con las nuevas temporalidades del relato cuántico.
Incendies (2010) está basada en la obra del dramaturgo libanés Wadji Mouawad, quien le entregó la historia a Villanueve para que la amara como se ama a una sola mujer. Y Villanueve cumplió. Decidió, por ejemplo, marcarla con la stigmata de la tragedia griega de Sófocles, cerrando un círculo de fuego alrededor de la existencia para obligarla a dar una respuesta única. Un alacrán se clavaría su propia daga. Pero, ¿y un ser humano? ¿Y el que existe? ¿Y el derecho a revertir la fatalidad para convertirla no en consecuencia sino en causa flamante?
Dos hermanos, gemelos por cierto, reciben la carta testamento de la madre, en la que se les ordena buscar a su padre y a un hermano mayor, dos perfectos desconocidos hasta ese momento, y entregar a cada uno una carta específica. Toda búsqueda es un viaje hacia lo desconocido, una decisión algebraica en pos del enigma. El viaje que la hermana emprende hacia el Líbano de la madre es, ante todo, el viaje hacia la raíz del dolor. Raíz, además, en dos sentidos, biológica y ecuacional. Usando metáforas matemáticas, los hermanos descubrirán que entre la tragedia de Edipo Rey y la moderna historia personal solo hay miles de años. Misma violencia, mismo terror.
La cámara, como los ojos del chico cuya identidad siempre estuvo ahí, en la mirada (y quizás en el talón), es fija, obsesiva e impía. Muestra lo que ve y lo entrega. Lo otro invisible se despliega, como si de un truco hologramático se tratara, en nuestros cerebros. Allí, en la otra caja, no la roja, sino la negra, la caja negra de la memoria, se proyectan las imágenes violentas que Villanueve no mostró con el lente, las terribles leyes de la cultura, el futuro abierto, desgonzado, lleno de viento y de preguntas, la inexorable justicia. En esos silencios exponenciales el espectador encuentra un espacio para su propia escritura y lectura.
Villanueve dedicó Incendies a “nuestras abuelas” porque en ellas reside la capacidad amorosa de romper la cadena herida-odio-venganza. Volviendo a ellas es que todo puede contarse de nuevo, con los mismos hechos, pero con distintos devenires y desenlaces, componiendo un orden emocional en el que el libre albedrío se ejecute no solo sobre los actos, sino también sobre los sentimientos. Doblemente madres, las abuelas constituyen el útero dialéctico, el magma donde una generación es capaz de destruir y negar a la otra o de perdonarla.
Giovanna Rivero (Florida, EE.UU)
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