El poeta y pintor Henri Michaux –exquisito globetrotter nacido en Bélgica que recorrió Río de Janeiro, París, Ecuador y países de Oriente– escribió: “Yo remo / remo contra tu vida / me multiplico en remeros innumerables / para remar más fuerte contra ti”. Estos famosos versos aparecen en la página 74 de Sobre Sánchez, libro escrito por Osvaldo Baigorria y editado por Mansalva en 2012. Allí, como un anzuelo, coagulan y se proyectan las trayectorias de tres viajeros y remadores: el propio Michaux, Néstor Sánchez, el escritor argentino más enigmático; y Osvaldo Baigorria, autor de esta escritura entusiasta e inclasificable.
Escritor, periodista y docente, Osvaldo Baigorria (1948) fue colaborador de publicaciones emblemáticas de la “contracultura” argentina como El Porteño y Cerdos y Peces, y de importantes diarios y revistas. Publicó, entre otros, Llévatela amigo por el bien de los tres, Correrías de un infiel y Anarquismo transhumante; y compiló Cartas a Baigorria de Néstor Perlongher y Prosa plebeya. En septiembre de este año, Baigorria fue invitado a la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires para conversar en una entrevista, junto a profesores y alumnos, sobre los cruces posibles entre crítica-ficción-creación en Sobre Sánchez y en dos libros de reciente publicación: Cerdos y porteños, que recoge doce artículos escritos en los años ochenta; y la reedición de Con el sudor de tu frente. Argumentos para la sociedad de ocio. De este modo, el encuentro fue una invitación para acercarse a la trayectoria de Baigorria, compartir sus itinerarios –en un triángulo que abarca desde el barrio de Mataderos, la vida en comunidad en Estados Unidos y la pregnancia del Delta– y para poder pensar sus escrituras atravesadas por el problema de la verdad y las formas de vida.
Sobre Sánchez es un libro que parece construido para responder la pregunta más próxima –¿quién fue el escritor argentino Néstor Sánchez?– mientras que es un tratado sobre una inquietud más compleja: ¿cómo escribir sobre Néstor Sánchez? Artefacto de yuxtaposición, escritura posgenérica, Sobre Sánchez corroe los supuestos y entendidos de la “autoficción”. Baigorria comparte: “Si nos quedamos en el pensamiento mas dicotómico que separa lo que es ficción de lo que no lo es, estamos siempre trabados. Pero si miramos líneas de fuga de las esferas nos movemos en un lugar de más libertad con respecto a la escritura”. Baigorria aclara, además, que una de sus premisas fue “no ficcionalizar nada que tenga que ver con la vida de Néstor Sánchez, porque sería traicionar su propuesta que era la de no inventar una historia con personajes”.
El derrotero de Néstor Sánchez comienza con lo que para muchos de los escritores de su generación fue el mayor anhelo: la entusiasta recomendación de Julio Cortázar fue la que contribuyó a la publicación de su primera novela Nosotros dos (1966). Después llegó el reconocimiento, las traducciones, las lecturas para Gallimard y los libros Siberia blues (1967), El amhor, los orsinis y la muerte (1969) y Cómico de la lengua (1973) –todos reeditados en los últimos años. Un día, dejó atrás la escritura y la vida familiar para seguir las enseñanzas espirituales del místico ruso Gurdjieff. Como el mismo Sánchez lo llamaba, el “Trabajo” implicaba desautomatizar los hábitos cotidianos; por ejemplo, escribir y afeitarse con la mano menos hábil. Una travesía por el cuerpo y una travesía por el espacio en la que Sánchez recorrió de Europa a Estados Unidos como lumpen, clochard, homeless. Nadie supo dónde estaba durante años. Recién en 1982 su hijo, Claudio Sánchez, recibió noticias de su padre y de su lugar en el mundo: una playa de estacionamiento en Los Ángeles. En 1986, regresó a la Argentina con un pasaje pagado por su madre y en 1988 publicó el libro de cuentos La condición efímera. No volvió a escribir. Murió en 2003.
Sobre Sánchez comienza con una suerte de advertencia filológica que precisa: “Se podría decir que es menos ‘sobre’ que ‘con’ (‘junto a’) Sánchez en tanto nombre para la figura del escritor/desertor, el que afina, suelta, improvisa, se fuga y abandona”. Inmerso en la manía argentina de una tradición esquiva a las biografías de escritores, Sobre Sánchez emerge, ante todo, como un libro extraño. Un libro que dialoga con Sobre Giannuzzi, de Sergio Chefjec –ya desde su propio título– y con la monumental biografía de Osvaldo Lamborghini escrita por Ricardo Strafacce. Un libro que dialoga aunque toma otro rumbo, rema de otro modo. En palabras del propio Baigorria: “No podía hacer crítica literaria sobre una obra como la de Sánchez. Su biografía también era imposible porque había un núcleo al que yo no podía llegar. ¿Cómo hacer? Ponerme a acompañar su camino y sobre-escribir. No como imitar su estilo sino hacer otra cosa: partir de mi propia experiencia frente a la lectura de sus textos y de mi investigación”.
Así surge una textualidad definida por el mismo Baigorria como “novela isleña” y agrega: “Era el diario mientras escribía y lo fui incorporando a lo que terminó siendo este transgénero que es el libro”. Esta escritura incluye el relato de un viaje a Canadá para vivir en comunidad, la política sexual de una open couple, las peripecias de un grizzly bear y las formas de vida en el delta argentino, con la persistencia del río como ritmo brumoso y expansivo. Tal como se advierte al comienzo, Sobre Sánchez puede leerse secuencialmente, siguiendo el orden lógico de las partes I, II y III. Y también puede leerse alternando las partes I y II y las “notas” que componen la parte III. Esta última parte llamada “Notas al pie” integra el relato autoficcional del biógrafo y conforma más de la mitad del libro. Para poder decir alguna verdad sobre Sánchez, Baigorria recurre a la autoficción en un juego de dobles agentes que concluye con una última línea paradojal: “El Néstor Sánchez sobre el que puede escribirse no es el verdadero Néstor Sánchez”. No es simplemente la biografía del biografiado y la biografía del biógrafo. Las tres partes de Sobre Sánchez, en un procedimiento que se enlaza con el célebre cuento de otro gran escritor argentino –“Nota al pie”, de Rodolfo Walsh–, conforman un diálogo entre sí; se ofician mutuamente de guardaespaldas, de brújula inconclusa, de fractal estallado.
Baigorria y Sánchez nunca se conocieron en persona. Pero Baigorria leyó a Sánchez. Tal como él mismo comparte: “Yo supe de Sánchez por primera vez en los años ochenta, por una nota en Cerdos y Peces. Pero lo leí a partir del año 2000 más o menos. Soy un tardío lector de Néstor Sánchez”. Y agrega, sobre sus trayectorias encontradas y cruzadas: “Sánchez era autodidacta; yo bastante lo soy también. Su padre fue obrero ferroviario; el mío, obrero panadero. El se crió en Villa Pueyrredón; yo, en Mataderos. Pero con 15 de años diferencia que implican otra música en los oídos. Para él fue el tango y para mí fuel rock".
La metáfora de “yo remo” y la persistencia del Tigre como espacio de producción enmarcan al biógrafo y al biografiado como formas de conocimiento. En esta búsqueda de saberes, el biógrafo escribe sobre los encuentros con Tamara Kamenszain, Hugo Savino, su hijo, Liliana Heer y la última psicóloga que lo atendió. Sobre Sánchez puede leerse como itinerarios de conocimiento. Y el vínculo de escritura del biógrafo con el biografiado puede pensarse como forma de conocimiento no sólo de una vida sino también de la propia escritura. Concluye Baigorria: “La palabra como instrumento de conocimiento y el cuerpo como instrumento de conocimiento. Creo que hay una idea de que escribiendo puedo llegar a entender algo de lo que sucede. Como un intento de comprensión”.
Florencia Angilletta
Buenos Aires, EdM, octubre 2014
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